Desenredan los secretos de la seda de las arañas

Un equipo de investigadores suecos, noruegos y españoles ha presentado la estructura tridimensional de una región de las proteínas de las telas de araña, lo que abre el camino al desarrollo de materiales artificiales más resistentes.

Los científicos desvelan hoy en la revista científica británica Nature la estructura tridimensional de una región de las espidroínas, proteínas presente en las fibras elásticas de las arañas Euprosthenops australis. Concretamente se trata del dominio llamado N-terminal, encargado de regular el ensamblaje de las fibras del material que fabrica esta especie de arácnido. Las proteínas de la seda se acumulan en  una glándula, la Ampulácea mayor, situada en el extremo del abdomen del cuerpo de la araña. A medida que avanzan a lo largo de la glándula, las largas moléculas de espidroína se organizan hasta formar un verdadero cristal líquido. Un poco antes de llegar al extremo de la glándula, a poca distancia de la salida al exterior, se convierten bruscamente en una fibra sólida e insoluble. Hasta ahora era un misterio cómo se producía la rápida transición desde proteína soluble (mientras está dentro de la glándula secretora) a insoluble (justo antes de salir al exterior). La regulación que ejercen los cambios de pH sobre el dominio N-terminal ofrece una respuesta.

"Es algo que la naturaleza hace, pero que el hombre no ha sido capaz de construir", dijo Cristina Casals, investigadora de la Universidad Complutense de Madrid y coautora del estudio. La especialista explicó además que la seda de la araña es un biopolímero más resistente que el acero, proporcionalmente, y que se puede estirar hasta un 135 por ciento de su longitud original sin romperse. Esta seda también es tres veces más resistente que las fibras sintéticas más avanzadas que hoy se conocen, y hasta ahora no se ha logrado producir nada parecido.